Efectivamente, el Syllabus fue la rotunda proclamación de la tesis que yo sostenía, esto es, que el catolicismo y el liberalismo son incompatibles.
Ahora bien, aparentemente, el papa conoce mejor que nuestros políticos clericales la esencia del catolicismo. No se es católico a pesar del papa, y cuando, en una discusión reciente, los más calurosos defensores del papado comenzaron a declarar que rechazaban el Syllabus, los teólogos debieron sonreír. Para representarse los dogmas de la Iglesia, es necesario estudiar las decisiones de los papas y de los concilios a no atenerse a las cómodas interpretaciones de laicos que, no habiendo hecho teología, son mis veces herejes sin saberlo y en ocasiones no ignorándolo. El papa es buen juez en materia de la fe católica. El Syllabus, que sorprendió a tantas personas, no encierra nada nuevo: Pio VII, Pío VIII y Gregorio XVI habían hecho exactamente las mismas declaraciones. - Ernesto Renán.
U14573
La religiosidad popular si bien sella la cultura de América Latina, no se ha expresado suficientemente en la organización de nuestras sociedades y estados. Por ello deja un espacio para que lo que S. S. Juan Pablo II ha vuelto a denominar "estructuras de pecado" (Homilía Zapopán 3 AAS LXXI p.230). Así la brecha entre ricos y pobres, la situación de amenaza que viven los más débiles, las injusticias, las postergaciones y sometimientos indignos que sufren, contradicen radicalmente los valores de dignidad personal y de hermandad solidaria. Valores éstos que el pueblo latinoamericano lleva en su corazón como imperativos recibidos del Evangelio. De ahí que la religiosidad del pueblo latinoamericano se convierta muchas veces en un clamor por una verdadera liberación. Esta es una exigencia aún no satisfecha. Por su parte el pueblo movido por esta religiosidad, crea o utiliza dentro de sí, en su convivencia más estrecha, algunos espacios para ejercer la fraternidad, por ejemplo: el barrio, la aldea, el sindicato, el deporte. Y entre tanto, no desespera, aguarda confiadamente y con astucia los momentos oportunos para avanzar en su liberación tan ansiada. - Conferencia del CELAM en Puebla, 1979, No. 452).
U14572
En Atenas, después del desastre del Peloponeso, una oligarquía sangrienta, encabezada por Critias, tomó el poder y abolió la democracia. Al principio, Platón estuvo entre los que celebraron; pero al poco tiempo reconoció: "La despreciada democracia era oro, si se la compara con el nuevo terror."
La democracia, como a ratos la conocimos en la Argentina, no era un fin. Era, en cambio, un punto de partida.
Para reconquistarlo, y después mantenerlo, será útil oír a los personajes de este libro. Escuchar a estos y otros políticos que supimos despreciar. Aprender de ellos: aún de sus debilidades, de sus claudicaciones y de su frustración. Entender que, después de todo, quienes se preparan para ser elegidos, son preferibles a quienes se preparan la imposición.
U14571
¿Por qué he escrito este libro? ¿De qué tratará?
La historia de cualquier esfuerzo humano es siempre la historia de una persona. Las cosas que hacemos comparten nuestro propio destino, y este libro no es una excepción. Tiene una historia propia que refleja los acontecimientos que me han sucedido en los últimos años de mi vida. Por sí sola, mi vida no tendría interés alguno para el lector extranjero si no se hubiera visto entretejida, por la fuerza de las circunstancias, con este período tan crucial en la historia de mi país y con la política mundial. Vista desde esta perspectiva la historia de este libro parece merecer ser contada.
El autor.
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