El objetivo principal de esta obra, que la BAC publica ahora en segunda edición, ha sido recoger cuanto la Sagrada Escritura y los escritores eclesiásticos de los primeros siglos han dicho acerca del misterio eucarístico. El teólogo y el hombre de estudios, que echaba de menos en no tener a mano reunidos los testimonios referentes a la Eucaristía, los encontrará aquí en su lengua original, conforme a las ediciones críticas más modernas, y con detalladas referencias bibliográficas. El católico español o hipanoamericano hallará una traducción fiel de esos tesoros que hasta ahora permanecían en gran parte inaccesibles para él, y que son el mejor alimento de la fe eucarística. Este segundo volumen de Textos eucarísticos primitivos da cima a la ardua tarea de reunir cuanto han escrito los Santos Padres de la Iglesia acerca del augusto misterio de la Eucaristía, traduciéndolo al castellano, además de presentarlo en su lengua original. Abarca desde nuestro poeta Prudencio, en los albores del siglo V, hasta San Isidoro de Sevilla (s. VII), para Occidente, y hasta San Juan Damasceno (s. VIII) para Oriente.
Las características de este tomo -que ahora aparece en segunda edición- son las mismas del primero, que tan elogiosamente ha sido recibido en España y en el extranjero. La particularidad de este volumen son los índices escriturísticos, bibliográfico y de materias relativas a los dos tomos, pero principalmente en el abundantísimo índice sistemático, que organiza en dieciocho grandes títulos, con múltiples subdivisiones, cuantas ideas eucarísticas se hallan dispersas en los casi 2.500 números de la obra completa. Este índice ha sido compuesto de modo que no sólo se citen a propósito de cada idea los números correspondientes, sino que se reproduzcan brevemente las mismas frases más importantes de los Santos Padres o los términos por ellos empleados, con lo cual resulta ya el solo índice una preciosa antología de lo más señalado que encierra la tradición.
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This book is a comprehensive study of texts and other data pertaining to the Historical Geography of the Bible in the perios of the first Commonwealth. In the biblical texts that provide the basis for any historical map of the time, the dominant material relates to the territorial allotments to the tribes. However, the historical and geographical interpretation of these texts remains highly controversial. Other geographical data, relating to various historical events of mostly uncontested chronoclogy, are nevertheless also subject to varying interpretations as to their historical and geographical significance. Needless to say, there are also literary and linguistic problems involved, and these too are considered.
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The history in doctrine, or in wider conception the History of Christian Tought, is a study of great importance for theologians and pastors. It came into existence about the beginning of the nineteenth century. At that time of rationalism its purpuse was to show that the confessional heritage of the church could not be mantained. But soon, with the revival of evangelical theology, the conservatives also adopted this branch and put into the service of theological conservatism.
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"Jesús se puso a recorrer las ciudades y los pueblos, predicando y difundiendo la Buena Nueva del Reino de Dios, acompañado de los doce y de algunas mujeres..." (Lc 8, 1-2). Nuestro Señor fue quien otorgó nuevamente a la mujer el lugar que le corresponde por la dignidad que la había dado el Creador.
La Iglesia primitiva, siguiendo el ejemplo de Jesús, no dejó a un lado la presencia de la mujer; la colocó a la par del hombre, por su igualdad ante Dios. La mujer, que era considerada por el hombre como parte débil, de condiciones inferiores, tentadora o hasta identificada con el Tentador, y continuadora de Eva, la mujer que continuamente busca seducir al hombre, con la presencia del cristianismo, comienza a recuperar su dignidad en la sociedad, en la familia y en la Iglesia, no como un peligro para el hombre, sino como su verdadera compañera en el camino hacia la vida eterna. Los Padres han buscado recuperar a la mujer, haciendo ver la grandeza que contiene dentro de si, conferida por Dios. Su secreto de grandeza es la dignidad espiritual y no la apariencia externa. La mujer, entonces, pasa de seductora del hombre, a María reconciliadora, colaboradora con el plan salvífico de Dios. La mujer, así, será igual al hombre en la vivencia y en la práctica de las virtudes evangélicas.
Entre las gloriosas mujeres de la Iglesia primitiva que llagaron a un alto grado de perfección cristiana, están Olimpiade, Irene, Olga, Eufrasia, Elena, Macrina.
La mujer evangelizadora de los Padres educaba a sus hijos, acompañaba a su marido en la lucha cotidiana, y en la Iglesia se ocupaba de diversos servicios asistenciales y finalmente buscaba constantemente la verdadera "filosofía cristiana".
Santa Macrina es un caso, comentado por su hermano san Gregorio de Nisa. Él nos ha dejado una breve consideración de la vida de su hermana que, renunciando a todo y caminando por una vía ascética, llegó a la completa unión espiritual con Dios. Macrina, entonces, se convierte en la madre evangelizadora para aquellas mujeres que desean practicar los consejos evangélicos, "acompañando al Señor", que las va llevando por caminos desconocidos
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