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El Concilio Vaticano II expone la doctrina de la colegialidad episcopal pueden ser aplicadas a la presente edición de la documentación oficial de la Conferencia Episcopal Argentina, de las postrimerías del citado Concilio hasta el año 1981. por cuanto no sólo señalan la intención y voluntad de cumplir el deber de servicio pastoral de los obispos argentinos, sino que muestran la realidad de esa misma labor llevada a cabo en un largo y denso período de la vida de la Iglesia y de la patria, volando experiencias de situaciones concretas, aunando y complementando los diversos criterios en la tarea pastoral, a la vez que marcando los caminos de evangelización y genuina promoción.

Esta obra no es, entonces, una simple colección de documentos pasados, sino que se transforma en un testimonio valedero de la acción y de la vida de la comunidad católica en la Argentina en su laborioso caminar hacia el Reino de Dios.

U14473

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El día 26 de abril de 1998 fue asesinado Monseñor Juan Girardi Conedera, dos días después de la presentación del Informe de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI). Desde ese día la Iglesia de Guatemala una su nombre a la ya larga lista de testigos fieles del Evangelio que los años no tan lejanos dieron testimonio de su fe, del Evangelio y de los valores del Reino de Dios hasta derramar su sangre.

Con la presente publicación que lleva por título "Monseñor Girardi: Testigo Fiel del Evangelio", queremos contribuir mínimamente a resaltar el valor de su vida y testimonio, haciendo todo lo posible para el pueblo entero de Guatemala, especialmente la gente sencilla y cuantos fueron víctimas de la violencia por las que dedicó tantos desvelos, conozcan su vida, sus virtudes, su calidad de vida tan humana y cristiana, como sacerdote y Obispo, fiel servidor de la verdad y de la paz, defensor de los derechos humanos y sensible en alto grado ante cuanto atenta a la dignidad de la persona humana, en la que reconocía la imagen de Dios, que siempre se debe respetar.

En este libro, podemos adentrarnos un poco más en la rica personalidad de Monseñor Girardi, de carácter pacífico, conciliador, alegre, atento a los sufrimientos de los demás, gran analista de la realidad, sensible a las necesidades de los otros; es un buen aporte para dar a conocer el espíritu que animaba toda su actividad apostólica al servicio del Evangelio y la llegada del Reino de Dios.

U14472

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El año 1971 en La Rioja, fue el año en que con el Movimiento Rural Diocesano, se impulsaron las cooperativas de trabajo y producción, apoyando además la formación de los sindicatos de peones rurales (FATRE) y mineros (AOMA). Y con ello una amplia movilización social del reclamo de expropiación social de reclamo de expropiación de tierras y derechos laborales, junto a las demandas de los trabajadores estatales y docentes, que encontraron en el Obispo Angelelli un explícito y decisivo apoyo.

Pero esta presencia comprometida de la Iglesia en la construcción de una "Rioja Nueva", como predicaba Mons. Angelell, no era en esos años un hecho aislado. Estaba inmersa en el torrente eclesial posconciliar, que había asumido en los hechos las palabras escritas por los Obispos latinoamericanos, en Medellín (1968) y los argentinos en San Miguel (1969).

U14471

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Es relativamente reciente entre nosotros la conciencia de la importancia que la cultura y las culturas tienen en la configuración de la vida social, económica y política: entendiendo por "cultura" todo aquello que se refiere a las creencias, los símbolos de integración, las prácticas ceremoniales, la forma de sentir, organizarse o relacionarse con el tiempo que pasa; es decir, los hábitos y las costumbres que conforman la identidad de los individuos y los pueblos. Por eso la pregunta que se formula en este cuaderno es si nuestra cultura permite vivir como seres humanos, en respeto y en dignidad, o si ha de ser trabajada para orientarla en esa dirección. Y lo cierto es que parece muy necesitada del contrapeso moral que defina la libertad como preocupación por el bien común.

Los cristianos tienen una cuota importante de responsabilidad a la hora de regenerar la cultura en claves de servicio e implicación pública. La lógica del evangelio anima a ello poniendo en juego los valores del riesgo, la paciencia, la esperanza y el realismo. Las Bienaventuranzas, y La Última Cena, por ejemplo, suponen una invitación a observar las tensiones y sufrimientos del presente militando contra todo cuando quiere hacer imposible el futuro de los pobres y los heridos. El reto, pues, es cómo hacer para el a cultura inspire también el orden económico y político. Es decir, establecer cauces para que la solidaridad se abra pasado en nuestro mundo. El evangelio posee la capacidad política de hacerlo reforzando la interioridad y animando a la inserción en la transformación social.

U14470

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