Si bien la cristología se ve obligada a moverse en la doble vertiente humano-divina que converge en la persona de Jesús tratando de mantener el difícil equilibrio de estas dos realidades cuya coexistencia en Cristo supera siempre los esfuerzos de la teología por aprehenderla, hay épocas en la historia en las que el creyente necesita subrayar uno de los aspectos. Por eso podemos decir que vivimos un tiempo en el que la cristología, haciéndose eco de las exigencias de la fe históricamente vivida, orienta su estudio hacia la realidad humana de Jesús. Dentro de esta orientación, plantear el origen de Jesús no es el resultado de la curiosidad de los teólogos. Nos importa porque confesar que Jesús es hombre significa algo más que su participación abstracta en una esencia humana neutralmente concebida. No existe tal esencia independiente del hacerse concreto, del origen. Ser hombre significa estar arraigado en un pasado que se concreta en una historia, un pueblo, una familia... Podríamos afirmar paradójicamente que Dios no puede hacer surgir un hombre sin origen humano, de la nada. De hacerlo, nacería un ser distinto, sin relación con nuestra historia. Y esto es lo que queremos evitar cuando de comprender la humanidad de Jesús se trata.
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La rápida transformación de las circunstancias externas, los extraordinarios progresos de la ciencia y de la técnica y el riesgo creciente de conflictos sociales, militares y ecológicos han hecho aumentar en muchos hombres de nuestra sociedad el sentimiento de inseguridad. El hecho de que todo el mundo se sienta hoy profundamente inseguro no deja de tener sus razones. La palabra "crisis" está en boca de todos, ya se trate de la crisis del petróleo o de crisis espirituales. Crece la inestabilidad interior y exterior. Los sistemas políticos, económicos, éticos y religiosos son mucho más vulnerables de lo que muchos pensaban. Por ello crece también la necesidad de seguridad en todos los ámbitos.
La iglesias no dejan de verse afectadas por este sentimiento de inseguridad general. Sus miembros se plantean de un modo crítico la cuestión del sentido del culto y preguntan escépticamente por el objeto de las reformas culturales. Párrocos, autoridades eclesiásticas y sínodos tratan de las crisis que ven a su alrededor y de las suyas propias.
En toda crisis se impone la necesidad de una reorientación. Es preciso dar nuevas respuestas a las preguntas fundamentales. Pero precisamente por ello toda crisis ofrece al mismo tiempo la oportunidad única de dar una nueva respuesta, sólida y apropiada, que ayude a dar un sentido a la totalidad de nuestra vida.
A partir de unas experiencias concretas, Moltmann nos ofrece aquí nuevos ensayos de respuesta que sirvan de orientación a la iglesia, a la necesidad de clarificar su misión, su situación y su finalidad.
Dimensiones de una teoría actual de la iglesia. Iglesia en la historia. Iglesia de Jesucristo. Iglesia del reino de Dios. Iglesia en el presente del Espíritu. Iglesia bajo el impulso del Espíritu. Signos característicos de la iglesia.
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Impulsa la séptima edición de esta obra la necesidad de contemplar algunas cuestiones relevantes ocurridas recientemente: 1) la modificación a la RT 37 de la FACPCE producida la sanción de la RT 53 con vigencia a partir del 15 de diciembre de 2022; 2) la emisión por el IAASB de dos normas de gestión de la calidad que reemplazan a la NICC 1; 3) ciertas modificaciones aconsejadas por la didáctica, cuya principal consecuencia ha sido fusionar las unidades cinco y seis de modo de tratar en una unidad los aspectos conceptuales y prácticos de las respuestas de auditoría a los riesgos evaluados y, 4) Otros aspectos menores que han sido agregados, modificados o trasladados de sitio y que se mencionarán más adelante.
Cabe notar que esta edición encuentra ya operativos los cambios sustanciales en las normas internacionales producidos por el IAASB desde el 2018 hasta la fecha. Particular relevancia adquieren aquellos que afectan al informe del auditor de los estados financieros de sociedades de oferta pública vigentes en la Argentina a partir de los cierres de ejercicio operados desde el 15 de diciembre de 2020. De la misma manera, han sido considerados en profundidad los cambios contemplados en la estructura y en el contenido del Código de Ética de IESBA. La FACPCE, por medio del Proyecto de Circular n° 7, que tendrá vigencia a partir del año 2022, actualiza al efecto las normas de independencia fijadas en la RT 34. Se resalta que esta norma concierne quienes presten cualquier servicio usando las normas internacionales citadas. Se estima que ello será convalidado por la CNV, toda vez que este Organismo adopta las normas de la FACPCE.
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