Si aprendemos lo que el Señor tiene que enseñarnos en cuando al a oración, los problemas de la evangelización y de la iglesia, así como los del orden moral, social y político, hallarán solución. Y si no aprendemos a orar, es problemas que en estos difíciles tiempos los pocos recursos espirituales que tenemos no alcancen para mantenernos firmes, mucho menos para adelantar, frente a las fuerzas devastadores del mar que ya nos están azotando y tentando.
U14418