Pues Calvino dice: "Dios quiere que haya tal analogía e igualdad entre nosotros, que cada cual ha de subvenir a los indigentes, según esté a su alcance, a fin de que algunos no tengan en demasía, y otros estén en aprietos." Si las Iglesias hubieran tomado esta enseñanza en serio, no encontraríamos hoy este pensamiento fundamentalmente bíblico, sacado de su contexto y trasplantado a un contexto materialista y totalitario.
Confrontados con una sociedad desorientada, en la cual los sentidos de la solidaridad humana y de la responsabilidad social se debilitan cada vez más, ha llegado el momento de redescubrir la enseñanza de Calvino acerca del humanismo social. Es un humanismo que, fundado en el humanismo de Dios, requiere una sociedad en la cual el hombre actúa como criatura responsable ante Dios y responsable por sus hermanos.
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