Uno de los acontecimientos religiosos más importantes a lo largo del año 1989 ha sido sin duda la celebración de la Asamblea Ecuménica Europea de Basilea (Suiza) que tuvo lugar del 15 al 21 del mes de mayo, durante la Semana de Pentecostés. Convocada por la Confederación de Iglesias Europeas (CIE) que comprende las Iglesias Protestantes y Ortodoxas, y por el Consejo de la Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) dentro de la Iglesia Católica, reunió a 700 delegados procedentes de todos los países del viejo continente y pertenecientes a las distintas Confesiones cristianas.
Su importancia no queda relegada a los días de su celebración sino que el interés por la misma va creciendo a medida que pasa el tiempo, y no sólo por parte de los creyentes y de las comunidades cristianas sino también por parte de personas no practicantes, e incluso no creyentes.
El interés no es debido solamente a la importancia del tema del Encuentro. "Paz, justicia e integridad de la creación"., sino a la preocupación de que estos tres problemas son vividos por el hombre actual y a la interdependencia existente entre los mismos. No puede haber paz sin justicia, La situación permanente de injusticia acarrea consecuencias funestas al medio ambiente. Y no puede darse una auténtica defensa de la naturaleza sin un clima de paz.
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