Para la mayoría, esta publicación será una novedad: ¡Mons. Enrique Angelelli, poeta! Aunque si analizamos con detención sus mensajes, su predicación, su conversación, descubrimos que tenía "alma de poeta", de hablar fresco y ameno, profundo y sentido, personal y nacido de la vida.
No escribió sus versos para publicarlos, ni siquiera los daba a conocer, salvo a los más allegados. Los que hoy publicamos, fueron encontrados entre sus apuntes y reflexiones personales, algunos de ellos inconclusos o sin título.
La poesía fue para Mons. Angelelli casi una necesidad, un respiro de su espíritu siempre inquieto, un medio para decirse a sí mismo sus secretos y dar rienda suelta en silencio a los sentimientos que no alcanzaba a comunicar a los demás. Entre sus apuntes encontramos la frase: "La copla no tiene palabras; es un trenzado de lo que uno siente".
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