Hace cien años, desembarcó en el puerto de Buenos Aires un solitario joven suizo. Su nombre era Pablo Besson y venía acudiendo al llamado de sus compatriotas que se habían radicado en la nueva colonia de Esperanza. Necesitaban un pastor de acuerdo a sus convicciones, pues en Europa habían sido miembros de iglesias bautistas.
De ese modo, comenzó el desarrollo de las actuales iglesias en la Argentina, que en este año de 1981, quieren rendir su homenaje a quien fuera usado por Dios para dar comienzo a una historia que cumple así su primer siglo.
En las resumidas páginas de este libro, damos, pues, una semblanza de aquel gran hombre y presentamos luego un panorama de lo que son bautistas en el mundo y, en particular, en la Argentina, tratando de presentar el cuadro más completo posible en tan reducido espacio. Eso permitirá que los mismos bautistas tengan mejor conciencia de su pasado, presente y futuro y que todos los argentinos a quienes llegue este trabajo puedan conocer por qué existe un pueblo que se llama bautista, que se dedica a presentar el mensaje de Jesucristo, tal como su consciencia se lo indica.
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