Desde su formación el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) tomó conciencia de que la niñez, y particularmente la niñez pobre o "carenciada" -como ha venido a llamarse entre los trabajadores sociales- constituye uno de los "sectores olvidados" de la sociedad, y por lo tanto se constituye a su vez como una de las áreas de mayor desafío para la misión de la Iglesia en América Latina. La existencia de 48 millones de niños "abandonados", sin apoyo familiar y viviendo en la calle la mayor parte de las horas del día, es uno de los indicadores escalofriantes de las contradicciones sociales de nuestro continente. CLAI decidió que una de sus Secretarías debía mantener este aspecto delante de la atención de las Iglesias, tarea que está siendo llevada a cabo por el Servicio de Mujeres y Niños desde 1981.
Dentro de los objetivos de esta doble Secretaría está la de recoger y compartir las experiencias de las Iglesias en su trabajo con la niñez y buscar las vías más efectivas para este ministerio fundamental. Las visitas y contactos con Iglesias, Instituciones de menores y personas preocupadas por los problemas de la niñez, nos llevaron a la convicción de que debíamos reunirnos para contactarnos lo que estábamos haciendo, reflexionar juntos en nuestra tarea desde una perspectiva cristiana y renovar nuestra motivación y nuestros métodos de trabajo.