Novaciano, presbítero de la Iglesia de Roma a mediados del siglo III, luego obispo cismático fundador de una iglesia rigorista en materia de reconciliación de los pecadores, es el primer teólogo romano que escribe en latín. Del amplio, aunque incompleto, elenco de sus obras mencionado por Jerónimo (De viris ilustribus 70) sólo se han conservado dos y de ellas la más importante es el tratado De trinitate cuyo texto ofrecemos en edición crítica, acompañada de traducción castellana y de amplio comentario. Novaciano ha concebido su obra casi como un comentario a la Regla de la Verdad. La primera parte está dedicada al Padre creador de todas las cosas y único Dios (contra los gnósticos). La segunda, que abarca casi la mitad del De trinitate, muestra con argumentos bíblicos la perfecta divinidad de Cristo, Hijo del Dios Creador (contra Marción), verdadero hombre (contra los docetas) y verdadero Dios (contra los adopcionistas) y segunda persona después del Padre (contra los sabelinos y modalistas). La breve tercera parte está dedicada al Espíritu Santo. En los dos últimos capítulos, Novaciano presenta el tema de la unidad de naturaleza en Dios: Hijo es, también el ser Dios, le viene del Padre y con su obediencia filial muestra que el Padre es el único Dios.
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