¿Cuándo y dónde murió la Virgen María? ¿Quién la asistió en sus últimos momentos? ¿Cuáles fueron sus recomendaciones antes de morir? ¿Qué sucedió después con su santo cuerpos? A estas preguntas dan diversas respuestas los Apócrifos de la Dormición; pero, en realidad, estos escritos se han de comprender como un testimonio de la de de la Iglesia de que María participó de forma enteramente singular en la victoria de su Hijo sobre la muerte.
En estas narraciones legendarias entran como protagonistas, junto a Cristo y María, los apóstoles, las mujeres, los judíos y otras personas que aparecen o no en el Nuevo Testamento. Las leyendas se cuentan en orden a reafirmar ideas teológicas sobre Cristo y la Santísima Trinidad. En los textos se recogen, además, representaciones sobre la muerte, el viaje del alma tras salir del cuerpo, la resurrección, el cielo, etc., que reflejan formas populares de pensar y de hablar en los primeros siglos cristianos, y que, con frecuencia, han pasado a formar parte de manifestaciones artísticas posteriores.
Aquí ofrecemos las narraciones que circularon en Egipto y que nos han llegado en lengua copta. En ellas destacan los diálogos, llenos de amor y piedad, entre Cristo y la Virgen, la relevancia de los apóstoles de Pedro y Juan, y las representaciones de los terrores de la muerte. Sumergirse en la lectura de estos textos lleva a contemplar la figura de María con la devoción y la sencillez con que la contemplaron los fieles de otras generaciones y culturas, y a a prender de Ella cómo enfrentarnos cristianamente a la muerte, pues la Virgen, asunta al cielo, procede así a todo el pueblo cristiano.
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