San Ambrosio de Milán es uno de los grandes Padres de la Iglesia del siglo IV. Aunque nacido en Tréveris, la mayor parte de su vida trascurrió en Milán, cuya sede episcopal ocupará desde el 374 al 397, año de su muerte. El santo obispo de Milán desempeñará un importante papel frente de la Iglesia milanesa en momentos especialmente conflictivos. Tuvo que enfrentarse al arrianismo y a los difíciles avatares de la política imperial, saliendo airosamente de esos asuntos. Con todo, su preocupación principal, como obispo, fue la atención espiritual de su grey milanesa, y dentro de ella es preciso consignar su predicación, tanto homilética, como escrita.
Dentro de la vasta producción literaria de Ambrosio hemos de situar en un lugar destacado sus escritos dirigidos a las vírgenes cristianas. A ellas dedicará nada menos que cinco obras, de las cuales se publican do en este volumen: los tratados De uirginibus y De uidis, que son cronológicamente de su primera etapa de escritor (entre los años 337 y 338).
Ambrosio nos ofrece en el tratado De uirginibus un elogio de la virginidad cristiana, complementado con una serie de ejemplos tomados de figuras relevantes de la tradición cristiana como la Virgen María, Santa Tecla y otras. La obra termina con algunas recomendaciones prácticas, que facilitan el ejercicio de las virtudes cristianas. El tratado De uiduis presenta una clara equiparación entre las vírgenes y las viudas a la hora de vivenciar la práctica de la virginidad. En esta obra se pone especial énfasis en la ejemplaridad de algunas viudas del Antiguo Testamento, que tuvieron un comportamiento admirable, como la viuda de Sarepata, Judit, Débora, etc. Nuestro autor finalizará el relato saliendo al paso de las objeciones planteadas con la viudedad.
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