Presentar un panorama del judaísmo antiguo y del cristianismo primitivo, desde el s. Vi a.C. al II d.C., es una empresa ardua y arriesgada; pero que merece la pena. Se trata de proporcionar los datos para una mejor comprensión histórica y doctrinal del hecho más decisivo en la historia de la humanidad. El Hijo de Dios, "llegado a ser de la descendencia de David según la carne" "nacido de mujer, nacido de bajo la Ley", se hizo hombre en Jesús de Nazaret. No se manifestó con una apariencia humana, como sostuvieron los "docetistas" de la antigüedad cristiana, ni se apropió de una naturaleza humana universal, abstracta, como pudieron especular alguno gnósticos del s. II. Se encarnó, con todas las consecuencias, haciéndose un judío del s. I de nuestra era. Nació, creció y maduró como judío. Limitó prácticamente el campo de acción de su ministerios al país judío. Escogió entre judíos a los discípulos llamados a continuar su misión. Es lo mas probable que fueran judíos todos los de la serie de testigos de si epifanías como el Resucitado. Lo fueron los que se integraron en las primeras comunidades judeocristianas de Jerusalén, Judea y Galilea y de otras poblaciones de la Diáspora judía, hasta llegar a Antioquía, donde según la tradición comenzaron también a incorporarse paganos convertidos.
U15454