Durante los últimos 30 años de su vida se dedicó incansablemente a la compilación de sus escritos, a la predicación y a la vida monástica. Murió en edad avanzada, hacia el 749, y fu declarado doctor de la Iglesia universal en 1890.
Las Homilías cristológicas, en las que brilla la gran elocuencia de Juan Damasceno, son de carácter exegético, y en ella se pone de relieve su interés por la teología trinitaria y su intención pastoral.
Sus homilías sobre la Natividad y Dormición de María -profundamente impregnadas de espiritualidad e incluso de poesía- se han hecho clásicas. El Papa Pío XII, en la bula "Munificentissimus Deus", con la que proclamó e dogma de la Asunción de María (1950), recoge el testimonio de Juan Damasceno como uno de los más destacados de la época patrística.
U15439