Los siglos XVII y XVIII trajeron un despertar intelectual que puso en duda buena parte de la doctrina tradicional del cristianismo. Muchos de los portavoces de ese despertar eran cristianos convencidos, aunque en algunos casos sus iglesias condenaron sus opiniones. Por su parte, la teología respondió mediante sistemas doctrinales cada vez más rígidos y cerrados. Frente a tal situación, se produjo un gran movimiento que subrayaba la fe personal. En este volumen, el autor narra esos acontecimientos, con especial atención al pietismo, a los moravos y a Juan Wesley y el movimiento metodista.
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