En el mundo globalizado pareciera que la variable "espacio" no interesa y que la distancias no importan. Sin embargo, sólo es posible el desarrollo en un espacio, en un territorio, donde se desenvuelve la vida de las personas. De allí la valorización y jerarquización del territorio como factor estratégico para el desarrollo.
¿Por qué alguno territorio no pueden alcanzar el desarrollo, incluso si tienen ventajas comparativas? ¿A qué se debe que existan disparidades entre los distintas municipios e incluso ciudades de nuestro país?
Frente a estos interrogantes la respuesta tiene que ver con la ordenación del territorio, las capacidades endógenas y exógenas, el perímetro de la autonomía de gestión, el alcance de la descentralización, los desafíos que presentan el gerenciamiento local y regional. En definitiva, el acento recae en una realista política pública territorial que, a través de sus ciudades, municipios y regiones, revise y soluciones las desigualdades espaciales para permitir alcanzar el desarrollo.
Así las cosas, los espacios ciudades, municipios y regiones deben aprovechar sus potencialidades, fortalezas y su "vocación" para convertirse en vértebras del desarrollo.
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