"Para liberar al hombre contemporáneo del miedo de sí mismo, del mundo, de los otros hombres, de los poderes terrenos, de los sistemas opresivos, para liberarlo de todo síntoma de miedo servil ante esa "fuerza predominante" que el creyente llama Dios, es necesario desearle que lleve y cultive en su propio corazón el verdadero temor de Dios, que es el principio de la sabiduría.
"Ese temor de Dios es la fuerza del Evangelio. Es temor creador, nunca destructivo. Genera hombres que se dejan guiar por la responsabilidad, por el amor responsable. Genera hombres santos, es decir, verdaderos cristianos, a quienes pertenece en definitiva el futuro del mundo.
"Ciertamente André Malraux tenía razón cuando decía qe el siglo XXI será el siglo de la religión o no será en absoluto."
U15256 - U1271