Agotada por completo la primera edición, y a requerimiento de muchos celosos sacerdotes, me he decidido a reeditarla, después de revisarla y ampliarla algún tanto, en atención a que, entre las muchas obras, más o menos extensas que tratan del mismo asunto, quizás ninguna ha logrado declarar con mayor sencillez y claridad:
1º Cuánta sea la excelencia de la Confesión.
2º La grandísima importancia que tiene el confesarse bien.
3º La necesidad de frecuentarla lo más posible, y de otras muchas cosas referente a este asunto.
Caro lector, léela hasta el fin, y de seguro me darás las gracias, pues mi único intento ha sido invitarse a probar por experiencia cuán bueno es Jesús.
Por recompensa, sólo te pido, lector, que me encomiendes a Dios en tus oraciones. - El Autor.
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