Una mirada panorámica a las actuales condiciones económico-políticas bastaría para demostrar la necesidad urgente de una política nueva a todos los niveles. Pero esta política nueva ha de ser fruto de convicciones nuevas y de una mentalidad nueva. Hace falta una auténtica revolución espiritual. En otras palabras, hacen falta hombres nuevos en el modo de pensar y actuar, en los principios y en los criterios de acción.
Este libro no quiere ser un artículo de consumo, como una masa repleta de frutas dispuestas para que el lector las devore, sino la siembra de una semilla que es preciso cultivar y hacer crecer.
No pretende ser un trabajo acabado, sino una propuesta y una invitación para posteriores investigaciones, reflexiones, debates y profundizaciones. Quiere ser sobre todo un estímulo para los jóvenes y especialmente para los que, después de haber vivido los años pujantes de la "contestación", están sufriendo hoy la sutil tentación de la desilusión, la impotencia y la derrota.
No pretenda el lector que se diga todo, y mucho menos las cosas que son evidentes. Tampoco se sorprenda si unas veces encuentra solo afirmaciones lacónicas y otras un más amplio desarrollo de las ideas presentadas: se ha tratado de dejar a un lado todo lo que puede ser fácilmente verificado y, por el contrario, se han desarrollado las motivaciones de aquellas innovaciones que representan un elemento de ruptura respecto a las viejas formas culturales y estructurales, inadecuadas y contradictorias.
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