El trabajo que se pone a la consideración del lector está dirigido esencialmente a los estudiantes de la carrera de abogacía de aquellas facultades de Derecho donde la historia de la Constitución Nacional forma parte integrante de los respectivos planes de estudio; sirve, asimismo, para aquellos que tengas un mínimo interés en conocer la génesis de nuestras instituciones políticas fundamentales. Se trata, en consecuencia, de un texto dirigido a ayudar la comprensión de los antecedentes que hacen al origen y posterior vida de la Carta Fundamental, en el marco de la historia política del país.
No se pretende, bajo concepto alguno, ni la originalidad o la exclusividad frente al importante número de obras existentes de sobre la materia. Por otra parte, la metodología consagrada por el Dr. Emilio Ravignani hace bastantes años continúa teniendo plena vigencia, o sea, que la historia de la organización política del país tiene dos etapas perfectamente delimitadas: la primera encuentra sus orígenes con el régimen establecido por España en estos territorios y termina con la sanción de la Constitución de 1853, y la segunda, que llega hasta los días que vivimos y que condensan la vigencia, reformas y vicisitudes de la Ley Suprema.
Es por eso que debe quedar perfectamente aclarado que existe un nivel de análisis diferenciado en nuestra materia: su objeto no es otro que el estudio de los antecedentes de nuestra Constitución y el posterior desarrollo de las instituciones jurídico-políticas en el contexto que nos brinda la historia general. Es por ello que se torna imprescindible la atenta lectura de los documentos que se reproducen al final de cada capítulo ya que se consideran esenciales al fin propuesto.
Historia y Constitución son, pues, los dos términos que conforman el objeto de nuestros estudios: la historia entendida como un proceso y tomada como herramienta que nos ayude a "comprender" el pasado para "entender" el presente: la Constitución no en un sentido restringido - mero texto escrito - sino en sentido amplio, porque como expresara Ferdinand Lasalle "... las constituciones escritas no tienen valor ni son duraderas más que cuando expresión fiel a los factores de poder imperantes en la realidad social".
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