Desde muchos años esperaba la cristiandad, especialmente en los países alemanes, un concilio presidido por el papa, con el objeto de dirimir definitivamente la contienda espiritual entre el catolicismo y la Reforma. El papa Pablo III se decidió a dar tal paso y hasta fijó el día 23 de mayo de 1537 para la celebración de un concilio en la ciudad de Mantua. Representante de la Iglesia Evangélica Alemana y teólogos católicos de renombre se prepararon para asistir a la reunión. Dada su importancia, el príncipe Federico de Sajonia encargó al doctor y profesor Martín Lutero confeccionase un escrito, exponiendo "hasta qué punto y en qué artículos o partes debiera cederse o no, en favor de la paz y la concordia". Accediendo al deseo del príncipe, el reformador escribió los Artículos y los remitió, firmados por los teólogos de la Facultad de Wittenberg. Al príncipe le parecieron "algo cortos", pero, pero lo demás, los aceptó gustoso. En la primera reunión preparativa, celebrada el 3 de enero de 1537 en Esmalcalda por los representantes de la Iglesia Evangélica Alemana (los Artículos se conocen con el nombre de "Artículos de Esmalcalda", en recuerdo de dicha reunión), los asistentes consideraron que no había lugar a discutir siquiera si había de cederse o no, y no se avinieron sobre la necesidad de los Artículos. El doctor Martín Lutero estaba gravemente enfermo y no pudo tomar parte en esta sesión. Pero en la segunda, celebrada un mes después, la mayoría de los reunidos firmaron los Artículos. - Prefacio del Traductor.
U14608