El año 1527 Lutero fue nombrado visitador de las iglesias por su soberano, el príncipe Juan, elector de Sajonia (en Alemania). Al visitar las varias congregaciones de su distrito, Lutero encontró en las iglesias una verdadera miseria espiritual. Solamente en las grandes ciudades había una instrucción religiosa tolerable. Pero en las aldeas y en el campo mucha gente, bajo el nombre de cristianos, vivía abiertamente en pecados y vicios. Todos ellos habían sido bautizados y gozaban del privilegio de comulgar, más no habían aprendido ni aún las partes más necesarias de la doctrina cristiana.
¿Y cómo podían aprenderlas?, si también "muchos párrocos o curas eran ineptos e incompetentes para enseñar..., sin saber tan siquiera el Padrenuestro, ni el Credo, ni los Diez Mandamientos, viviendo muchos de ellos como bestias." Y ahora, desde el año 1517. Se les predicaba "la salvación por la fe, sin las obras de la Ley", y esto lo tomaron muchos, tanto sacerdotes como feligreses, como un permiso general para pecar más aún. Quitadas las falsas y onerosas leyes impuestas por el papa, ahora abusaban en grande escala de la libertad que les trajo el Evangelio.
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