La cosecha del siglo XX, con las más catastróficas guerras de la historia, con el saldo de una tercera más horrenda en gestación; la violencia y la injusticia no traen equilibrio ni serenidad al espíritu humano; es la razón de este libro; el estudio de las causas espirituales y materiales de tal desconcierto. El áncora que refirma el espíritu para la sensatez, la inteligencia para el bien hacer; la Sabiduría como Norma, para romper el "sino" de Spengler; el profeta que señaló la decadencia de las civilizaciones y culturas; que la Sabiduría especifó antes de él; violación de las leyes de convivencia social, estigmas del pecado, tienen su cumplimiento inexorable en la sentencia bíblica: los pueblos sin Dios perecerán. Si el sabio biólogo Dr. Alexis Carrell sostuvo, que los hombres están degenerados; que sus elaboradores, no son biólogos y sólo teóricos, que no conocen al hombre; que vale más la ciencia del hombres que todas sus otras ciencias; ese planteo debe detenernos a meditar: hace dos mil años, el Areópago de Atenas, la Sabiduría hizo la denuncia formal a la filosofía griega; que estaba en "ignorancia" para conducir al hombre hacia su destino, más, enseñó el Plan Finalista de Dios, por su Sabiduría salvar al linaje humano. Hoy, a tanto tiempo, la Sabiduría reitera el mismo desafío o idéntica invitación; los hombres con su ciencia y su filosofía, siguen desplazándose como fieras, preparando febrilmente otra matanza; por esa senda "todos igualmente". La experiencia es muy dura y sangrienta para seguir "palpando" en la búsqueda de la fórmula, que hace rato está escrita por la Sabiduría: "Paz y buena voluntad entre los hombres" (San Lucas 2:14).
Ramón Riba Elichabe.
U14585