Este libro pretende ser una simple puerta. Para mucha gente, el Antiguo Testamento es un laberinto. No encuentran su puerta de entrada, porque un laberinto tiene puertas. Hay libros buenos que hablan de la puerta, verdadera e indican la entrada. En lugar de hablar sobre la puerta, preferimos abrir una y llevar al lector por el interior de ese mundo extraño de la Biblia. El mundo de la Biblia es extraño para quien entra por la puerta equivocada. Entrando por la puerta verdadera, la gente no percibe estar en el mundo de la Biblia. Da la impresión de estar en toda la vida. Tal vez el lector tiene un criterio para juzgar si la puerta que abrimos en este libro es la puerta verdadera o la equivocada.
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