América Latina vive en el exilio. Esta situación no es solo de hoy. Se inicia con la invasión colonialista, hace ya 500 años. Las naciones indígenas fueron conquistadas y masacradas. Sus tierras fueron apropiadas por los europeos vencedores. Las personas fueron hechas prisioneras. Amordazadas. Las naciones indígenas fueron exiliadas en su propia tierra.
La mujer es especialmente oprimida. El machismo se impuso en todas partes. Los beneficios sociales son controlados por los hombres. Son sus reservas. Su monopolio. La mujer negra, la mujer indígena, la mujer trabajadora son particularmente desfavorecidas. Sus jornadas de trabajo son mayores. Sus cuerpos son causa de sus discriminaciones. Sus culturas son motivos de desprecios. América Latina en el exilio es - en especial - un exilio de mujeres.
Hay otras tantas maneras de dolor. La fuerza de las armas crean millones de exiliados. Las dictaduras semejan el exilio.
Sin embargo, los desterrados resisten, soñando con el regreso a la patria. Las mujeres se organizan. Los obreros reivindican sus derechos. Los indígenas resisten. Los negros adquieren conciencia de su propia identidad. Los poderosos se empeñan en cortar las flores. Pero ¡no serán capaces de impedir la llegada de la primavera!
La Biblia nos anima para esta primavera. Nos habla de los exilio para darnos mayor valor para la organización y el compromiso.
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