Ser prisionero de la esperanza quiere decir ser incorregiblemente feliz e incurablemente optimista, confiando totalmente en el amor incondicional de Dios.
Mucho del material contenido en esta obra ha sido compartido previamente con diferentes grupos en los Estados Unidos, Canadá, España, Puerto Rico, México y otros países de América Latina. Estos temas han sido presentados en misiones evangelísticas, "ashrams", retiros espirituales, seminarios, y otros encuentros en un períodos que ecompasa más de quince años de laborar a nivel nacional en diversas responsabilidades, pero siempre fiel al concepto fundamental de lo que significa ser un evangelista. El material contenido aquí ha evolucionado a través de los años y ha sido grandemente enriquecido por medio de los comentarios y opiniones de las personas que han escuchado y han respondido. Ciertas porciones del libro son resultado de un breve pero fructífero período de estudio en la Escuela de Teología de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee.
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