La liberación plena, integral y consumada - la única cristiana y verdadera - no se encierra en los límites del tiempo: trasciende esencialmente la historia. Tampoco se queda en los aspectos exclusivamente socio-económicos y políticos del hombre y de los pueblos: por la acción renovadora del Espíritu Santo toca el interior de la persona y de la comunidad. Las purifica del pecado - personal y social - y las hace nuevas en Cristo.
U14271