La Reforma Litúrgica no es simple cuestión de cambios externos en los símbolos, en los signos, en las palabras, etc. La auténtica Reforma Litúrgica es algo más profundo: un verdadero espíritu, que compromete a la iglesia misma en lo que ella es y en lo que ella dice de sí. De ahí que una auténtica Reforma Litúrgica debe estar cimentada y orientada por los principios básicos y esenciales de toda la renovación eclesial. Estos principios deben iluminar, permanentemente todo esfuerzo de renovación litúrgica que se haga a fin de que ésta sea auténtica, honda y consecuente con lo que la iglesia quiere ser hoy para el hombre de nuestros tiempos.
U14194