Es la tarea ecuménica José Miguel es un incansable apóstol y tiene un don en el arte de escribir teología contextual, como se dice ahora, en la que ha sido un destacado exponente. Siempre creí y sigo creyendo que le asiste el carisma de la vocación profética que lo habilita para sintonizar el momento histórico que vivimos para reflexionarlo a la luz de la Palabra de Dios. Por ello ha sabido cumplir en la sociedad un Ministerio muy especial que muchos seguimos con verdadero interés y reconocimiento.
Este amigo de siempre, estuvo presente de los primeros balbuceos ecuménicos en Nicaragua pagando el costo de la prueba a que está sometido todo proyecto de fe, frente a las olas que amenazan con la destrucción los anhelos más sublimes. Pero creo que José Miguel supo construir en rocas sólidas como el Evangelio nos orienta y su práctica y proyecciones son pilares sobre los que descansa la verdadera obra ecuménica en Nicaragua.
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