Tal como lo señala Pedro Wagner en las páginas siguientes, los pentecostales ven el avance mundial del movimiento pentecostal como el cumplimiento parcial, cuando menos, de la profecía de Pentecostés: "En los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne." (Joel 2:28; Hechos 2:17). No todos los pentecostales estarán totalmente de acuerdo con la interpretación que da Wagner a la doctrina pentecostal, pero probablemente todos quedarán satisfechos de que el autor recalca factores importantes del crecimiento de la iglesia que se hallan en el movimiento pentecostal. Wagner, a pesar de no ser pentecostal, enfoca el movimiento pentecostal con simpatía y comprensión, y procura explicar sus prácticas según la interpretación bíblica y fondo cultural. Su franqueza e imparcialidad serán apreciadas por los pentecostales, pero como él mismo lo señala, el énfasis principal del libro consiste en señalar las razones del por qué han crecido los pentecostales, y para animar a los que no lo son, a derivar lecciones de sus hermanos pentecostales.
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