La aspiración fundamental del ser humano de todos los tiempos y latitudes ha sido y es constituirse en ser libre, capaz de determinar por sí mismo su futuro.
Esta vocación - por ser dueño de sus actos y su historia - conduce al hombre a luchas denodadamente por superar todos aquellos condicionamientos que traban que esto sea así.
El hombre anhela dominar la naturaleza y su propia naturaleza para - sin impedimento alguno - diseñar el ordenamiento que le posibilite ser feliz. El hombre detesta y rehusa (abierta o secretamente) aquello que pueda significarle una traba para el logro de que sus planes o proyectos. Tanto la historia del proceso bio-síquico de ser humano, como la dinámica del desarrollo social, del cual es agente eficiente, nos lo demuestran palmariamente. De allí que, por otra parte, fracasen unos detrás de otros, todos los intentos - determinados grupos humanos - procuran para liquidar la voluntad libertaria del hombre colectivo.
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