Han pasado varios meses desde que el canciller de Nicaragua, Miguel D'Escoto, nos sorprendió a todos con su decisión de ayunar hasta que prendiera una insurrección evangélica para clamar a Dios y al mundo por la paz y la vida en Nicaragua y en Centroamerica.
Lo que sucedió en Nicaragua con ese ayuno y esa insurrección, no es historia pasada, aún prosigue y no cesará hasta que deje de correr la sangre inocente y termine la agresión.
Desde cualquier ángulo, se hace patente algo que no por ser muy prolongado es menos trágico, que Nicargua y toda Centroamerica viven momentos dramáticos, siempre dramáticos, cada vez más dramáticos, de ese dramatismo permanente y acentuado por la sangre inocente y la vida y la verdad matadas día a día, nació este ayuno y brotó esta insurrección evangélica de los pobres que, en larga vigilia, gritan a Dios y al mundo su tumultuoso e incontenible clamor por una paz con dignidad y con vida.
U14097