El lector que no esté dispuesto a hacer frente a los problemas que muerden hoy en la carne y el alama de Latinoamérica, el que no esté dispuesto a abandonar la falsa imagen tranquilizadora que le brindan los medios de información, no debe leer este libro, por más que buena parte de él esté consagrada a la teología. Precisamente, porque es una extraña teología. Una teología que no trata la muerte de Dios, ni de la transubstanciación, ni de la re-interpretación de los mitos bíblicos, ni del magisterio papal. Tan sólo un pequeño intento de repensar el mensaje cristiano para que, en vez de ser una mala noticia más, un nuevo cobrador a la puerta, se vuelva para el continente latinoamericano lo que siempre fue: una buena noticia, evangelio. Pensado no desde perspectivas europeas sino desde el corazón mismo de Latinoamérica, este libro enfrenta a la teología con dos mundos de los que poseen y el de los que sólo tienen para vender su sangre y su dignidad humana. Y lo hace con la esperanza de lograr el milagro de "hacer de los dos pueblos uno" - según la frase y el propósito de San Pablo -, comprometiendo a la teología y al cristiano en una transformación sin alienaciones, cuyos costos impliquen quizá la propia vida, pero cuya esperanza es la de la palabra latinoamericana de Dios que desde este continente interpela a los pueblos y los convoca a una dura pero creadora tarea.
U14074