En esa sociedad se insertó el movimiento metodista. Movimiento, decimos, porque en realidad lo fue. Se trata de una robusta corriente de renovación moral y espiritual en el seno de la Iglesia Anglicana, proyectada sobre multitudes que habían quedado alejadas de ella. Dicho movimiento no tuvo su génesis en disputas teológicas ni en el choque de ideas encontradas por cuestiones de organización, o de política eclesiástica que tan ajetreada tuvieron a la historia religiosa de Inglaterra desde antes de su ruptura con Roma. Fue, en cambio, consecuencia de una profunda experiencia espiritual en la vida de los hermanos Juan y Carlos Wesley, que llegaron a ella con pocos días de diferencia tras larga búsqueda (que en rigor fue una huida azarosa que les llevó a vagar por zonas oscuras de angustia) y la de un compañero de ellos, Jorge Whitefield, que se les adelantó en más de un año.
U14007